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LA EMPRESA

 

 

Es en 1976 que Jean Hervé empieza a fabricar purés de almendras y tahini para alimentar a sus seis hijos, entonces elevados según los principios vegetarianos.


Regularmente, en el curso de los años, la empresa creció, al mismo tiempo que la gama de productos se extendió: destinada a enriquecer la alimentación vegetariana y a reequilibrar los organismos debilitados por el estilo de vida moderno, luego al destete de los bebés, pero también los deportistas, y por fin para todos los golosos en busca de sabores auténticos.

Los frutos secos son naturalmente ricos en proteínas, en vitaminas B, en minerales tales como el calcio, el magnesio, o el fósforo, tambien en oligoelemento...


Después de más de treinta años, los métodos tradicionales de fabricación de la empresa Jean Hervé no han cambiado: el secado de frutos secos es siempre con el fuego de leña, y la molienda con la muela de piedra a baja temperatura.

Son los procedimientos particulares que hicieron la fama de Jean Hervé y permitieron el desarrollo de la marca por toda Francia pero también en Europa.


Hoy, los niños de Jean Hervé suceden al fundador, y están decididos a conservar a estos modos de producción que son garantía de calidad, a no ceder a la facilidad industrial de los túneles infrarrojos que permiten un secado homogéneo, o de las muelas a bolas, más rápidas, que dan purés más lisas y más finas.

Jean Hervé les legó a sus niños el gusto de los alimentos sanos y vivos, y el respeto de las calidades de los frutos secos trabajados.

La empresa es la alianza de la artesanía para la fabricación y de la industria para el acondicionamiento, con el fin de ganar en racionalidad y en productividad.


A principios de 2015, el equipo está constituido por 38 personas. El reclutamiento local del personal permite a la vez una implicación verdadera y socioeconómica de la empresa en la vida de nuestra región y una limitación de los transportes domicilio-trabajo de los asalariados.